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La basura terrorista en las calles y en la Web

Publicado: 2010-08-23

Indigna ver la manera tan libre en que la basura terrorista de Sendero Luminoso se pasea por las calles nuevamente, con sus banderas rojas y sus puños en alto, aclamando a ese demente llamado Abimael Guzmán, pidiendo la libertad de los criminales que ensangrentaron el país, y pretendiendo participar en las elecciones como cualquier otro partido decente. Indigna ver que la sociedad no puede defenderse y que ni el Gobierno ni ninguna otra autoridad del país pueda hacer algo para barrer a esa basura. Indigna leer en la Web, en particular en lamula.pe, a pro terroristas como el Sr. Eduardo González (si es que ese es su nombre, e incluso si es su imagen) posteando basura pro terrorista. Indigna que se use la imagen de nuestro héroe más insigne para defender al terrorismo.

Ahora bien, que esta basura terrorista no se preocupe de la memoria ni de la amnesia, porque los peruanos no somos tontos. Ninguno de los miles de peruanos que sufrimos el ataque criminal y demencial de Sendero Luminoso, ninguno de los que tenemos amigos y parientes asesinados cobardemente, sin ninguna razón ni posibilidad de defensa alguna, ni uno solo de los peruanos que tuvieron que huir de sus pueblos y dejar todo atrás, ni uno solo va a olvidar jamás lo que esos criminales de Sendero Luminoso hicieron. Así que no se preocupen por la amnesia ni por la memoria. Mientras estemos vivos todos los que tuvimos edad para comprender y sufrir esa época, lo tendremos muy presentes.

Y para decir más, a ese Sr. que postea como Edardo Gonzalez y emplea la imagen de Grau para defender a esa inmundicia que había en el Frontón o a la basura que tomó la Embajada del Japón, hay que aclararle que los peruanos no somos idiotas para confundir la defensa de los Derechos Humanos con la defensa de los terroristas criminales. En principio, hay que aclarar que los terroristas de Sendero Luminoso, así como sus acólitos y voceros, no saben absolutamente nada acerca del respeto por los Derechos Humanos. Eso lo han demostrado de grandes maneras en los hechos. Que ahora empleen con harto descaro y desvergüenza el concepto de Derechos Humanos para defender a esos miserables criminales, es tan solo una muestra más de su notable cobardía. Está muy claro que los terroristas de Sendero, MRTA, así como sus colaboradores civiles en los medios y en las universidades, carecen de moral y no tienen ni una pizca de escrúpulos. Como cualquier criminal, no dudan en esconderse detrás del sistema cuando les conviene. Ahora pretenden usar el tema del Frontón como un tema de Derechos Humanos. ¡Qué desvergüenza! Como diría mi tio Arnulfo: ¡Qué tal concha! No, los peruanos no vamos a llorar por esa lacra que fue afortunadamente eliminada en el Frontón y en la Embajada del Japón, gracias a lo cual ahora no están paseándose por las calles alegremente.  Hay que decirle a este señor Eduardo González y sus congéneres, que los senderistas y comunistas de cualquier denominación son enemigos declarados del pueblo peruano, de toda la sociedad peruana, y que los sabemos reconocer perfectamente. No somos tontos. Su discursito a favor de los Derechos Humanos en defensa del excremento senderista que fue eficientemente barrido por la Marina en El Frontón, no nos conmueve. En muy buena hora que hayan eliminado a esos criminales pues eran enemigos del pueblo. Esta vez no nos van a tomar desprevenidos, aunque se escondan bajo otras fachadas.

Los congresistas y el Gobierno ya debería ir pensando en la forma de cerrarles el paso a estas basuras para que no se rían de nosotros, agitando nuevamente sus puños manchados de sangre. Hay que imponer la prohibición legal de que cualquiera que haya estado implicado en acciones terroristas y haya sido sentenciado por terrorismo pueda participar en la política peruana, menos todavía si continúan aclamando a un líder que está preso y sentenciado a cadena perpetua por criminal y por terrorista. La memoria civil de lo que fue Sendero Luminoso está fresca aun. Todavía estamos vivos sus sobrevivientes. Espero que la experiencia de los años 80 y principios de los 90 nos sirva para reaccionar a tiempo. Espero que el virus mental del comunismo, que destruye el cerebro de los estudiantes universitarios, no haya empezado a propagarse nuevamente y que las autoridades de San Marcos y otra universidades tengan el coraje de expulsar a los docentes que predican el comunismo en todas sus vertientes. No debemos regresar a la época en que las universidades eran un gheto repleto de facciones comunistas y de estudiantes idiotizados con el credo comunista. Aunque hoy todavía vemos a esos pobres diablos marchando como robots estúpidos que repiten un programa mental sin tener noción de lo que dicen, todavía no son tantos como para poder reiniciar su genocidio. Hay que detenerlos ahora.

Y tampoco caigamos en la distracción de algunos periodistas como Rocío Silva Santisteban, que pretende convencernos de que "el estudiante senderista sanmarquino es un mito". Tal vez la ingenuidad o la estupidez cause ceguera, pero no vamos a caer en ese jueguito tan ingenuo de creer que el senderismo sanmarquino es un mito. Sabemos perfectamente que las universidades nacionales fueron el almácigo del terrorismo y que otras universidades, como La Católica, fue la cuna de los caviares pro senderistas, que no quisieron ensuciarse las manos y que ahora se hacen los locos para disimular de muchas formas sus simpatías senderistas. Aunque usen otro discurso, otra fachada y se hagan los locos ocultándose tras el sistema y los Derechos Humanos, los sabemos reconocer. Y espero que el Sistema de Inteligencia Nacional, si es que existe, ya los tenga en su lista.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social