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La curiosa moral de la mujer peruana

Publicado: 2010-08-26

Hace unos días, una bella modelo peruana declaraba en una entrevista, que había rechazado una jugosa oferta de Playboy para posar desnuda. No era la primera vez que leía este tipo de declaraciones de las modelos peruanas. Hace poco, Estefany Cayo acaba de decir exactamente lo mismo: ha declinado una jugosa oferta de Playboy. Me pregunto ¿qué les pasa a las peruanas? ¿Sabrán lo que es Playboy? Me intriga notablemente. Tal vez ignoran -no sería nada raro francamente- que por Playboy han pasado desnudas las mujeres más bellas de los últimos 50 años, desde artistas de cine, cantantes, reinas de belleza y hasta "la chica de al lado". A ver, digamos algunos nombres: Marilyn Monroe, Briggitte Bardog, Raquel Welch, Alicia Machado y un sinfin de nombres. Muchas mujeres han logrado cambiar su vida solo por haber aparecido en Playboy, pasando de la nada a ser mega estrellas, como son los caso de Jenny Mac Carthy, Pamela Anderson o Carmen Elektra. Y para decir más, el sueño privado de toda chica norteamericana es aparecer en Playboy. Cada año miles de chicas envían fotos y hacen fila en sus estudios con la ilusión de ser la próxima playmate o, por lo menos, salir en la página central. Ahora bien, unos pensarán que esto es propio de la cultura americana, pero pasa exactamente lo mismo en muchos países en donde Playboy tiene ediciones locales, desde México o Brazil hasta Hungría, para no mencionar la muchas revistas europeas que han tratado de copiar el modelo de Playboy, y que tienen su propio público. Además de todo esto, hay que agregar que por Playboy no solo han pasado mujeres desnudas, sino también las plumas más celebradas del planeta, desde Ray Bradbury hasta Toni Morrison, incluyendo a Mario Vargas Llosa, cuyos "Cuadernos de Don Rigoberto" aparecieron en todas las versiones de la revista. También han aparecido entrevistas a muchos personajes de la política y de los deportes. Playboy es una revista que, además de haberse convertido ya en un icono de la cultura norteamericana, junto a la Coca Cola, Windows y las hamburguesas, hoy es un imperio que abarca prácticamente toda clase de medios, y cuyo arte y calidad gráfica está entre los más altos que se hayan visto jamás. Por todo esto, yo, francamente no comprendo a las modelitos peruanas que declaran muy orondas haber rechazado a Playboy, nada menos.

Las modelitos peruanas que dicen haber rechazado a Playboy, lo dicen como si hubieran defendido su virginidad incólume frente a una banda de bárbaros. Parecen querer expresar una suerte de catadura moral, que las eleva por encima del vulgo. Aparentemente no tendría ningún otro sentido que el de mostrar una perfecta estatura moral cercana a la beatería. Lo curioso es que la mayoría de ellas tropieza a cada rato con la vulgaridad. Por ejemplo, una de estas modelitos, luego de anunciar que ha rechazado a Playboy, declara en la misma entrevista que, si su novio se lo pidiera, no tendría ningún reparo en hacer un trío sexual en la cama. Me apena no conocer a su novio, pero me parece que esta niña, o bien está mintiendo respecto de Playboy, o bien posee una noción muy extraña de la moral.

En general, hay que decirlo, las peruanas no se desnudan. O se desnudan y luego se cubren, haciendo un desnudo ridículo. Una razón puede ser que no tenemos un arte gráfico bien representado en los medios. Las imágenes que se pueden hallar de modelos peruanas en la Web, son francamente deplorables en calidad. Las fotos de modelos peruanas que adornan los diarios, honestamente aburren, pues tienen el mismo estilo de los años 60, cuando se hizo famoso el bikini. Peor aun porque el top del bikini de hoy es un relleno de panqueque, y algunos han reemplazado el top por una especie de chaleco de satén, y acaban cubriendo más de lo que cubría el bikini en los 60. Creo que hasta ahora no han logrado superar las fotos de Gladys Arista, pues siguen en el mismo estilo. A esto hay que sumarle un penoso arte fotográfico que no conoce más de cuatro posturas. Algo muy diferente con lo que ocurre en nuestros vecinos. En Chile, por ejemplo, el diario La Nación publica desnudos como una cosa cotidiana, y no tienen que ser modelitos sino que incluso son chicas comunes y corrientes, más aun, hasta hombres. Recordemos que el famoso fotógrafo Spencer Tunick, especialista en desnudos masivos, pasó por Brasil, Argentina y Chile, fotografiando a miles de ciudadanos desnudos, pero pasó de largo por el Perú para irse directamente a México, pues acá nadie es capaz de desnudarse como si estuviera prohibido por la religión. No olvidemos al Ministro quejándose porque una modelo se había sentado desnuda sobre la bandera. ¿Qué hay contra el desnudo? Más aun, cuando el desnudo es parte del trabajo de una modelo que se siente profesional y tiene personalidad. Muy pocas son las peruanas que han posado desnudas y sin complejos. Yo solo recuerdo a Mónica Cabrejos (¡cómo olvidarla!). Otras lo han hecho con remilgos, como Andrea Montenegro y Susan León. Y creo que paramos de contar.

Aunque no me he detenido a estudiarlo a fondo, me resulta difícil entender la moral de las modelos peruanas. Me refiero a esa parte de su moral que rechaza el desnudo (¡y a Playboy!), pero no tiene reparos en hacer películas pornográficas, como Karen Dejo, o en aparecer constantemente en penosos escándalos sexuales con personajes de poca monta o narcotraficantes, para no hablar de las que han pasado por la cárcel. Si una mujer peruana se quita el brasiere, es noticia de primera plana en todos los medios. Angie Jibaja, la misma que  fue filmada tirada en la pista como un estropajo, totalmente intoxicada, ha salido esta semana a mostrar su bochorno porque se le vieron los senos durante un baile acrobático. Y, desde luego, el videito ha sido colgado por todos los medios. Yo recuerdo que a principios de los 80 visité Buenos Aires por primera vez, y paseando por Corrientes me topé con los teatros, en cuyo frontis aparecían las fotos de las vedettes con el torso desnudo, y a nadie le llamaba la atención. Acá estamos poco menos que en Afganistán en pleno siglo XXI, y cuando la Internet está plagada de imágenes de desnudos.

Tal vez este pueda ser un tema para Jorge Bruce o Martín Tanaka. Yo, francamente, no entiendo nada.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social