Me intriga leer algunos términos cuyo empleo semántico parece no estar muy bien justificado, pero se les usa con harta frecuencia. Uno de ellos es el de "progresista". Cariñosamente: "progre". La pregunta debiera ser "¿Qué es ser un progre? Acabo de leer este término en un artículo que invita a todos los "progres" a apoyar a Susana Villarán. Pero cuando he visto la lista de acompañantes de Susana Villarán, lo que distingo es un cúmulo de retros. Es decir, una sarta de retrógrados que todavía están hablando de lucha de clases, que siguen planteando el estatismo de los 70s y, peor aun, resulta que estos "progresistas" son los que se oponen a todo proyecto de inversión extranjera, rechazan toda forma de explotación de los recursos naturales, y han hecho del rechazo a la exportación una consigna ideológica, condenan el éxito empresarial, estigmatizan el éxito social, y son los representantes de una ideología política que ha fracasado abiertamente en todos los idiomas, escenarios y territorios. Estos progresistas son los que siguen proponiendo una estructura social igualitaria, compuesta por una sociedad de miserables gobernados por un Estado burocrático gigantesco y corrupto. Modelo que parece estar implementando Hugo Chávez, con las consecuencias funestas que ya conocemos. Basta mirar a Cuba.

No obstante el visible fracaso del régimen cubano, la evidente situación de precariedad de la sociedad cubana y los abusos que perpetra el poder de los Castro, los progresistas no han tenido reparos en adular a estos cobardes dictadores que han cumplido medio siglo sojuzgando a toda una nación. Seguramente la señora Susana Villarán, una vez electa, no tardará ni un mes en viajar a Cuba para fotografiarse junto al cadáver viviente de Fidel, tal como lo han hecho otras progresistas de nuestra región, como Michelle Bachelet y Cristina Kirchner, con quienes nuestra señora Villarán se ha comparado.

No hace falta mirar a Cuba para ver las consecuencias de las políticas de esa izquierda "moderna". Solo tienen que mirar a Europa, en este justo momento. Aquel paraíso de bienestar concedido por el Estado magnificente ha entrado en crisis, y les ha llegado la hora de tener que recortar todos los sueldos.

Pero volviendo a nuestro modesto paraíso de izquierda, estos "progresistas" no solo se comparan con la "moderna izquierda", sino que siguen siendo la misma obsoleta izquierda de siempre. Son los que marchan en apoyo a la milicia criminal de las FARC, que ya lleva más de 30 años perpetrando toda clase de crímenes y atentados. Además son los que llenan de salamerías al régimen despótico de los hermanitos Castro. Entonces, finalmente, ¿a qué conclusión podemos llegar? ¿Cómo responder la gran interrogante planteada? Pues yo diría que los "progresistas" son una especie declarada de patología social, caracterizada por la falta de criterio, pobreza de espíritu, complejos sociales y estrechez intelectual. No tengo otra respuesta. Todo esto puede llegar a congregarse en torno de la señora Susana Villarán, quien con su candorosa ingenuidad cree que la gente es tonta.