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Paternalismo del Estado o abuso de poder

Publicado: 2010-11-30

Tal vez todos hemos caído alguna vez en el error de querer cambiar a una persona. Por ejemplo, intentar que se interese por la lectura, el arte o el deporte, pretender que sea amoroso, ordenado o responsable. Sin duda todos los que lo intentaron han fracasado. Exactamente lo mismo ocurre cuando el Estado pretende modificar las costumbres sociales. ¿Habrá alguien que haya intentado amenazar a las personas para lograr estos cambios? Supongamos que un médico le dice a usted: "O sigue las indicaciones o la mato". ¿Sería esta la manera correcta de inducir un cambio en las personas? Ahora supongamos que alguien le dice a usted: "Si no te preocupas por tu salud, no te doy de comer". ¿Sería esto conveniente?

No es habitual en nuestro país leer debates o estudios acerca de la función del Estado. No lo voy a hacer aquí porque no es el lugar, pero hay que advertir que este debate no existe. Y como no existe, el Estado peruano hace lo que le viene en gana. Hace mucho tiempo ya que los ciudadanos tenemos que soportar actitudes burocráticas impertinentes que llegan al autoritarismo dictatorial. La última de estas perlas ha sido la ley que obliga a tener un seguro de salud bajo pena de no acceder a un crédito bancario. No es la primera imposición abusiva y prepotente sino la última. El rosario de leyes antidemocráticas empieza en la obligatoriedad del voto bajo amenaza de multa y suspensión de ciertos derechos ciudadanos elementales, como el cobrar un cheque.

Si hay que decir lo que ocurre acá de una manera coloquial, diríamos que nos tratan como a sus cholitos. Creen que nos pueden imponer lo que les viene en gana, dentro de su Estado de Derecho, ya que no hay nadie quien nos defienda. Y lamentablemente esto es cierto debido a que incluso las instituciones que deberían defender a los ciudadanos de los abusos del Estado, no son más que adornos pintados en la pared. Tal es el caso de la Defensoría del Pueblo, que hasta el día de hoy no ha hecho más que meterse en lo que no le incumbe, como en medio de los procesos electorales o en los conflictos regionales, es decir, en medio de la foto; pero que hasta hoy no ha descubierto que su función real -y la única- es defender a los ciudadanos de los abusos del poder que el Estado comete con sus leyes.

De hecho la Defensoría del Pueblo no tiene ninguna intención de emprender la defensa del pueblo porque se ha convertido en un feudo de abogados que tienen como misión en la vida el ceñirse a las leyes. Como consecuencia de esto, el Estado y sus burócratas actúan como el lobo en medio del prado repleto de ovejas y sin guardián. Claro que la supuesta misión del Estado es crear un "Estado de Bienestar", aunque sea pistola en mano y amenazando a los ciudadanos si no siguen sus instrucciones. El problema es que este "Estado de Bienestar" pasa por la implantación de instituciones que en nuestra sociedad no existen y que se quiere que existan a la mala. Al parecer los burócratas ignoran que las instituciones no se crean por decreto.

La institución de la democracia, se nos ha impuesto bajo amenaza de multa si no se vota en las elecciones. Desde luego, la democracia no es votar en las elecciones sino respetar a los ciudadanos. Cosa que obviamente no ocurre acá. Tampoco basta con crear una entidad como la Defensoría del Pueblo, cuando nadie sabe para qué sirve ni en qué consiste, y tampoco se le otorga autoridad alguna. Por esta razón la Defensoría del Pueblo es una entidad anodina que sólo sirve para adornar al Estado. Es como esas chimeneas que lucen muy bien en la sala pero que no sirven para nada. ¿Qué ha dicho la Defensoría del Pueblo respecto del voto obligatorio bajo amenaza de multa y otras sanciones?  ¿Qué ha dicho la Defensoría del Pueblo sobre este proyecto abusivo que pretende impedir el crédito a quienes no cuenten con un seguro de salud? En suma, ¿Qué ha dicho la Defensoría del Pueblo acerca de tantas disposiciones absurdas y abusivas que significan un atropella a las libertades del ciudadano, bajo el pretexto de ofrecer algún tipo de beneficio aparente? Por ejemplo, la obligación absurda y ridícula de pedir un permiso para tener lunas polarizadas en el auto. ¿Acaso esto ha servido para detener a la delincuencia? Como esta hay una cantidad infinita de disposiciones abusivas y prepotentes que solo se han generado con el propósito de facilitarle la labor a la burocracia, trasladándole el trabajo, la responsabilidad y los costos a los ciudadanos.

Lo cierto es que en medio de la desprotección ciudadana y el desamparo absoluto en el que se vive por la falta de institucionalidad democrática, es decir, por falta de sentido de respeto a los ciudadanos, y también por la ausencia de entidades verdaderas que se ocupen de proteger los derechos de los ciudadanos, el Estado Peruano y sus burócratas,  hacen lo que les viene en gana. Cada ley que nos imponen es una muestra de abuso de autoridad. El bienestar no se puede imponer a la mala. La amenaza no es una buena forma de crear instituciones. Así como no se puede cambiar a las personas con golpes, tampoco se puede cambiar a las sociedades con amenazas. Basta ya de abusos de poder.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social