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Villarán ingresa al ring y noquea a Castañeda

Publicado: 2011-03-15

Al igual que en las luchas del "Catch as you can", simplificado como cachascán, donde un luchador ingresa al ring y se mete en un lio de cuatro, la alcaldesa Susana Villarán ha entrado en medio del debate electoral con su auditoría a la gestión de Castañeda Lossio y prácticamente lo ha dejado sin aliento de un solo golpe.

Discrepo con quienes dicen que es una intervención inoportuna y que Susana debió esperar un mes más para dar los resultados de su auditoría. Esta es una posición ingenua, propia de quienes desconocen el ambiente político peruano. En el supuesto posible de que Castañeda Lossio pasara a la segunda vuelta, y Susana hubiese esperado hasta entonces para dar a conocer los resultados de la auditoría, las críticas hubiesen sido peores. ¿Se imaginan?

En el supuesto negado de que Castañeda Lossio ganara la presidencia (contra, toco madera) sería mucho más difícil para Susana soltar los resultados de la auditoría, y muy tardío. En este caso le reprocharían ¿porqué esperó hasta ahora? ¿porqué no lo dijo en su momento? ¿no es sospechoso que lo haga cuando Castañeda gana la presidencia? En cualquier escenario Susana no se salvaría de los reproches. Así que ¿porqué no ahora mismo?

En el Perú estamos acostumbrados a la crítica y la objeción. Todo es objetable. Acá hay que aprender a vivir superando esta situación. Si uno hace algo salen los críticos a oponerse. Si no lo hace, salen los otros críticos a condenar. Así que de una u otra forma estamos fritos. Pero al margen de eso, creo que las cosas hay que hacerlas de inmediato. No hay que esperar "momentos oportunos" porque eso ya se presta al juego y la sospecha. No hay nada mejor que someterse a la claridad: hoy tenemos esto y es lo que hay.

Y no es mucho realmente. En verdad no hay nada nuevo. Ya todo lo dicho se sabía. Así que más ha sido la fanfarria que el show. Las críticas a Castañeda parecen más de tipo moral que legal. No ha cometido delito, menos mal, pero sí parece que se le escapó la tortuga. Lo que falta es un inventario de la ciudad. Me parece que eso es lo que lapidaría a Castañeda, porque realmente nos ha dejado una ciudad insufrible.

En ocho años Castañeda no ha sido capaz de solucionar el principal problema de Lima que es el caos del transporte público. Peor aun: lo ha incrementado. Hoy, Lima como ciudad, es la misma caótica ciudad de hace ocho años. Lo que prueba que las obras de concreto no son lo más importante. De nada sirven los puentes si no hay una organización de la ciudad, si no se disminuye el número de vehículos, si no se racionalizan las rutas, si no se cambia el sistema de taxis y colectivos, etc. De modo que el principal problema de Lima sigue igual o peor al cabo de ocho años de gestión de Castañeda, con todo lo que ha gastado.

Luego del caos del transporte público Lima sigue siendo una ciudad saturada de avisos publicitarios que se tragan el paisaje sin que haya ninguna autoridad que los limite. Todos hemos sido testigos de cómo se tomaban la carretera al sur en cada verano. Hasta el Municipio ha intervenido con el caos de los carteles colgando avisos en cada poste, e instalando molestos avisos luminosos que ciegan la visión por las noches, solo para mostrar textos idiotas como "maneje con cuidado".

Hay que añadir que la Costa Verde fue totalmente olvidada y si no fuera por el Gobierno de Alan, no se habría avanzado todo el tramo de San Miguel. El resto de la Costa Verde sigue siendo una vergüenza internacional para todos los limeños. Es un basural. Y podría seguir mencionando los grandes problemas de la ciudad que Castañeda no ha tocado y los ha dejado peor de lo que estaban. Nos ha dejado una ciudad con mayor contaminación por CO2, mayor contaminación sonora y visual, y con más tráfico de taxis y colectivos. Lo cierto es que abandonó el transporte público en manos de los sectores D y E de la sociedad, que han hecho lo que les ha dado la gana.

Así que a mi no me vengan con el cuento de que Castañeda fue un gran alcalde. Su obra emblemática, el Metropolitano, es un disparate que nos ha costado un ojo de la cara. No vale esos fabulosos US$ 500 millones que han pagado. Es absurdo gastar tanto dinero para aliviar el 7% del problema de transporte. ¿Se imaginan lo que gastaría el inepto de Castañeda para solucionar todo el problema y cuántos años le tomaría?

En resumen, creo que el informe de Susana es demasiado benévolo con Castañeda. Lo que necesitamos es una auditoría política. Hay que mostrar realmente cómo nos deja la ciudad un alcalde que estuvo ocho años al frente. Una sola pregunta: ¿Cuántas combis encontró y cuántas combis nos dejó en circulación?

db


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social