Apocalípticos integrados
Escuchar los debates que se dan hoy frente a las opciones electorales que nos quedan, después de eliminar -como siempre- a los mejores candidatos, es terminar en medio de dos versiones apocalípticas del futuro.
Los debates apocalíticos podemos integrarlos en estas pocas:
A1- Si gana Keiko indultará a su padre.
A2- Si gana Ollanta es posible que indulte a su hermano e incluso al mismo Abimael Guzmán por ser "preso político".
B1.- Si gana Keiko volvería la corrupción montesinista a corromper el Estado
B2.- Si gana Ollanta la multiplicación de empresas públicas convertirá al Estado en un festín de ladronzuelos.
C1.- Si gana Keiko la política la dirigirá su padre
C2.- Si gana Ollanta, se alineará con la política de Hugo Chávez, seremos parte del ALBA y apoyaremos a Castro. Eso es un hecho.
D1.- Si gana Keiko puede disolver el Congreso
D2.- Si gana Ollanta disolverá el Congreso o convocará a una Constituyente para salirse con su gusto de cambiar la Constitución.
E1.- Si gana Keiko puede intentar reelegirse como su padre
E2.- Si gana Ollanta y cambia la Constitución puede seguir el ejemplo de Chávez y nunca dejar el gobierno
F1.- Si gana Keiko las protestas sociales pueden acabar con varios muertos y líderes desaparecidos
F2.- Si gana Ollanta renacerá Sendero Luminoso gracias a las ventajas que le dará a los movimientos de izquierda, por la liberación de senderistas con amnistías y por condenas cumplidas.
G1.- Si gana Keiko volverán todos esos miserables personajes que hacían lo que les daba la gana con el Perú, como si fuera su chacra.
G2.- Si gana Ollanta volverán todos esos lunáticos del velasquismo que sueñan con transformar la sociedad e implantarle un nuevo chip al cerebro de cada peruano para que piense en comunismo y en colectivismo
H1.- Si gana Keiko las empresas se fortalecerán pero los trabajadores serán sobre explotados al máximo sin beneficios
H2.- Si gana Ollanta las empresas desaparecerán porque no soportarán el alza de los sueldos, los elevados impuestos y la caída del mercado interno y externo debido a la pérdida de los TLC.
Y así podríamos seguir sin fin. No debemos desdeñar ninguna de las opciones planteadas. Yo creo que ambas visiones tienen algo de sabiduría. Habrá que exigir a los candidatos pruebas inequívocas de su voluntad. Analizarlos mejor. ¿Quién es el que está mintiendo y adoptando una pose? ¿Quién tiene la mayor posibilidad de caer en la tentación totalitaria? ¿Quién tiene el peor pasado antidemocrático y violentista? ¿Quién está rodeado de las peores compañías? ¿Quién tiene el peor Plan de Gobierno? ¿Quién ha entrado en mayores contradicciones?
Creo que limitarse a confrontar versiones apocalípticas es un dilema idiota porque es como tener que decidir entre dispararse un tiro o saltar al vacío. Algunos ilusos plantean salomónicamente votar en blanco con la esperanza de llegar al 66% de votos blancos. Cosa imposible de lograr si consideramos que casi un 55% ha optado ya por alguna de las peores opciones que hoy están en la segunda vuelta.
Hay que hacer un balance porque al final tenemos que votar. El voto en blanco no es una opción. Todavía nos quedan unas semanas para seguir este análisis. Decidirse en este momento es muy apresurado. Hay que decirle a Mario Vargas Llosa y a los demás que esperen hasta el último minuto. Esperemos a ver cómo se mueven las fichas y qué compromisos adoptan.
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