Alvaro Vargas Llosa ha vuelto a ejercer su profesión de opinante y turista político exponiendo sus 19 razones para votar por Humala. Aunque a decir verdad, lo que hace es dar supuestas razones para no votar por Keiko. Alvarito debería saber que 100 buenas razones para no votar por Keiko no hacen una sola buena razón para votar por Humala. Debo decir que esperaba algo mejor pero, al igual que su padre, me ha decepcionado. No porque vaya a votar -si es que vota- por Humala sino por esa lista de 19 razones sin fundamento. Creo que el título ya es muy pretensioso porque 19 razones para votar por alguien son demasiadas razones. Y es que en efecto, no son razones sino... yo los llamaría delirios histéricos.

Si una persona me dice que no sale de su casa por temor a ser secuestrado, no puedo considerar eso como una razón sino como un miedo neurótico. Las razones de Alvaro son exactamente de la misma naturaleza. Un neurótico puede encontrar mil razones para justificar su conducta o actitud. Pero no debemos caer en su trampa. Nunca dejemos que los delirantes nos envuelvan en su retórica. Tenemos que mirar siempre la realidad para dejar al descubierto sus alucinaciones y miedos.

Al igual que su padre, Alvaro no se refiere en ningún momento a Keiko. Siempre está alucinando con "los Fujimori". Al igual que un traumatizado, en todo momento se refiere al pasado y, en consecuencia, imagina siempre un escenario de terror. Nunca ve el presente. Sus alucinaciones parten del pasado y desde allí emergen sus esquizofrénicas "razones". Desde luego, nadie que tenga la mente lúcida puede tomar en cuenta los delirios de un personaje que no vive en el Perú y cuya última vivencia directa fue la derrota de su padre ante un desconocido Alberto Fujimori. Desde entonces, apenas ha visto al Perú por la tele. Al igual que el amor, la política a distancia no funciona.

La verdad es que al menos 15 de las 19 bobas razones de Alvarito pueden reducirse en una sola:  si Keiko gana, se repetirá el escabroso escenario de los años 90, con fujishock incluido, como si se colocara un disco del recuerdo. Ahora bien. ¿Es esto posible? ¿Alguna persona medianamente sensata puede creer que esto es posible? Se necesita ser muy incauto para creer que algo así puede ocurrir. Lo mismo decían los apocalípticos en el 2006 ante Alan García. Y eso que se trataba exactamente del mismo tenebroso personaje que casi nos borra del mapa en su primer gobierno. ¿Y qué pasó? ¿Ha sido acaso el mismo Alan García de los 80? No ¿No?

Los Vargas Llosa se niegan a ver la realidad. Siguen alucinando con Alberto Fujimori y los 90. No quieren entender que Keiko se pasó la mayor parte de esa década estudiando, primero en el colegio y luego en el extranjero. Apenas fungió como Primera Dama para unos pocos eventos protocolares en el último año, pero nunca tuvo nada que ver con el gobierno de su padre. Sin embargo, tuvo el valor y la hidalguía de dar la cara cuando todo se derrumbó. Me parece grosero que los Vargas Llosa se empeñen en no ver a Keiko y en no reconocer que se trata de una persona diferente, y que se limiten a evaluar su candidatura como una repetición del pasado. Eso ofende la inteligencia.

Y la ofende más cuando olvidan todos sus remilgos pasados hacia Ollanta Humala para recomendarlo ahora como un abanderado de la democracia. Olvidan que están recomendando nada menos que a un trasnochado golpista que atentó contra el régimen de Toledo, a pesar de que le había dado empleo y un gran sueldo sin hacer nada. Olvidan los Vargas Llosa que Ollanta Humala se ha pasado los últimos diez años conspirando contra la democracia y apoyando cuanto evento de agitación social se ha dado en el país. Olvidan los Vargas Llosa que Ollanta se ha rodeado de los elementos más recalcitrantes de la izquierda peruana, herederos de la dictadura velasquista e incluso de sectores próximos a Sendero. Olvidan su proximidad chavista, sus oscuros vínculos con sectores privados de dudosa reputación, etc.

Luego de hacerse los memoriosos y alarmistas frente a Keiko (sin ver a Keiko) se hacen los ciegos y tontos frente a Ollanta Humala. Habrá que recordarle a los Vargas Llosa quién es realmente su ahijado Ollanta Humala, cosa que haremos en un próximo post. Luego verán que podemos reunir más de 19 reales razones para no votar por Humala.

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