La histeria desatada contra Keiko
No deja de ser interesante el panorama sociopolítico de hoy desde un punto de vista clínico.Pocas veces tenemos ocasión de apreciar una crisis histérica de dimensiones masivas como la que se ha desatado contra Keiko. Yo no recuerdo que ni siquiera contra Sendero Luminoso haya surgido un movimiento social tan activo y virulento. De hecho, este fenómeno de histeria colectiva merece un análisis, aunque no sea clínico.
La histeria es una forma de neurosis asociada a la mujer. La imagen más conocida y pública de la histeria es lo que llamamos la personalidad histérica, caracterizada por una forma teatral del comportamiento, con excesivo afán de llamar la atención de todas las formas y a cada instante mediante esforzados ademanes, pensamiento infantilizado y caprichoso, el que incluye razonamientos antojadizos con lo que solo se busca satisfacer las propias necesidades de afecto y de atención. Generalmente la mujer histérica permanece sola ya que tiene relaciones cortas y tormentosas. Es proclive a las manifestaciones artísticas y superfluas, tratando de permanecer activa, ruidosa y llamativa.
Si entre toda esa gente que se ha sumado al colectivo "No a Keiko" reconocen estos rasgos, sabrán a lo que me refiero. Claro que además hay otros personajes que han manifestado su rechazo a Keiko por sus propias razones. Por ejemplo Mario Vargas Llosa. Aunque en el fondo es evidente que sigue latente su recuerdo por la derrota sufrida en las elecciones de 1990. Es evidente digo porque hace falta algo muy fuerte para que un sujeto de la habitual lucidez de Mario no sea capaz de distinguir entre Keiko y su padre. Afirmar que un gobierno de Keiko replicaría el de su padre es como asegurar que un gobierno de Yoni Lescano repetiría el de Fernando Belaúnde. Así de estúpido es. Pero ¿porqué toda esta gente no lo ve así? ¿Solo por el apellido Fujimori? No. Sin duda algunas declaraciones de Keiko han facilitado esta idea.
De hecho, Keiko ha cometido errores en esta campaña. Casi todos lo han cometido. A otros les ha costado el triunfo. Toledo aun no se repone del shock de la derrota luego de permanecer en la cima de las preferencias por varios meses. Pero no podemos crucificar a nadie por sus errores de campaña. En una campaña electoral ocurren muchas cosas. PPK no pudo evitar que le hagan tocamiento indebidos. Y a todos en general se les fue la boca en algún momento. Ahora que han quedado dos candidatos, no me parece justo que a Keiko se la satanice por algunas palabras lanzadas al calor de la campaña.
Me sorprende que algunas personas inteligentes y habitualmente lúcidas caigan en la histeria anti Keiko. Por ejemplo, Nelson Manrique suele ser muy centrado, pero esta vez ha llegado a la idiotez cuando dice que Keiko es responsable del gobierno de Alberto Fujimori porque fue su Primera Dama. ¿Acaso lo fue? Y aunque lo hubiese sido, eso no tendría nada que ver porque el cargo de Primera Dama es solo decorativo. No existe dicho cargo en la estructura jurídica del Estado. De lo contrario Keiko estaría presa. Me sorprende que Manrique diga semejantes sandeces ya que no es su estilo y sabe pensar mejor que eso. Pero si un hombre de la lucidez de Manrique es capaz de sucumbir al odio anti Keiko ¿qué podemos esperar del resto?
La histeria anti Keiko ha llegado a una manifestación masiva liderada por ese esperpento de la izquierda llamada Coordinadora Nacional de los Derechos Humanos. Uno de los cientos de organismos de fachada que tiene la izquierda peruana para defender el activismo político en contra del establishment. Hay que recordar que la izquierda peruana es muy hábil para diversificarse como una plaga mediante docenas de organismos de toda clase y denominación. Un arte de guerra que aprendieron en los 70 cuando las agrupaciones de izquierda se multiplicaban como celulas cancerosas en la sociedad peruana hasta que apareció Sendero Luminoso.
Esta Coordinadora Nacional de los Derechos Humanos dice agrupar 79 organizaciones de izquierda. Nada menos. Setenta y nueve. A las cuales se han sumado otras más como IDL para lanzar esta histérica campaña contra Keiko. Me pregunto ¿cuántos de estos serán organismos de fachada de Sendero Luminoso? Hay que recordar, para los que no saben, que la estrategia de guerra de Sendero Luminoso tiene varias etapas. Esta se ha reformulado luego de la captura de Abimael Guzmán y se sabe que ahora tienen tres frentes. El primero es la "Ofensiva Legal" (OL) que pretende acorralar al Estado peruano con sus propias leyes mediante acciones legales de todo tipo. El segundo es la "Guerra Política" (GP) mediante organizaciones que participan en las elecciones y envían representantes al Congreso. La tercera es la actividad de los "Organismos de Fachada" (AOF) que participan en diversos frentes, pero muy en especial en la defensa de los consabidos derechos humanos.
Ya sabemos que los derechos humanos que más les preocupan a estos defensores es la de los terroristas. Pero estos son los que ahora se han sumado a la campaña "no a Keiko". Los senderistas, al igual que Mario Vargas Llosa, tienen sus propias razones para odiar al fujimorismo. La cuestión es si esas razones son válidas para el resto del Perú. La segunda cuestión es si la alternativa que nos queda es mejor. Creo que ya sabemos lo que la izquierda representa en el Perú. Más aun con un candidato de limitadas credenciales intelectuales y morales. Prefiero apostar a una mujer joven y creer que a pesar de llevar una pesada carga sobre los hombros, sabrá limpiar su apellido y honrar su nombre.
Quiero además recordarles a los histéricos defensores de los derechos humanos que Keiko también tiene derechos. Como cualquier persona de este país libre, Keiko tiene el derecho a forjar su propia imagen y llevar adelante su propio proyecto político. Nadie se lo puede negar. Mucho menos los histéricos defensores de los derechos de los terroristas.
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