La hija del asesino
La histeria desatada en toda la izquierda ha hecho perder los papeles hasta a los más atildados representantes de ese segmento nacional. Ya no reparan en insultos y afirmaciones extravagantes como "si gana Keiko, la hija del criminal y corrupto más grande de la historia, sería el retorno de los asesinatos y desapariciones". La histeria no se da solo en la chusma que envía correos catastróficos repletos de insultos a Keiko, tratando de sembrar ya no el miedo sino el terror; también ha llegado a las más altas esferas de la izquierda, a respetables columnistas, normalmente muy sensatos a la hora de analizar problemas sociales. Pero qué nos puede sorprender esto si la histeria se ha apoderado hasta de Mario Vargas Llosa quien ahora es capaz de afirmar cualquier cosa contra Keiko, así porque así.
La esquizofrenia colectiva de la izquierda les ha hecho perder la noción de la realidad. Ellos ya no ven a Keiko. La candidata Keiko ha desaparecido y todo lo que ven es a la "hija del asesino". Siguen viendo a Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos en los 90. Y, desde luego, están obsesionados con el aspecto negativo de aquel régimen de los 90 que salvó al país del terrorismo de izquierda. Si esto no es una clara patología mental colectiva, yo no sé qué es. Desde mi punto de vista es una patología social. Han perdido la noción de la realidad afectados por sus recuerdos y traumas. Siguen viendo a sus fantasmas del pasado. Todo lo que leo es delirio colectivo. Ya no hay posibilidad de debate con la izquierda.
Me sorprende que frente a esta masiva demostración de desprecio, insultos, agravios, ofensas, denuestos, mentiras y bajezas contra Keiko por parte de los sectores de izquierda nadie haya dicho media palabra. Me refiero por supuesto a aquellos típicos defensores de los "derechos humanos" y a los que se ofenden apenas alguien usa la palabra "cholo" o "negro". Por ejemplo, el cándido psicoanalista Jorge Bruce que escribe varios artículos exaltando la ponderación, solo porque encuentra la palabra "cholo" en algún texto, no ha dicho nada frente a este vendaval de insultos y bajezas. ¿Porqué no analiza el inconsciente colectivo de esta gente? Aun cuando fuera cierto que Keiko fuese la "hija del asesino", ¿es admisible que se la trate así? ¿Ha perdido Keiko todos sus derechos como persona individual?
Por supuesto, sería inútil pedirle algo a esos fanfarrones defensores de los derechos humanos, cuyo accionar entero está dedicado a defender a los senderistas. ¿Cómo se les puede pedir a estos activistas pro senderistas encubiertos bajo la fachada de la defensa de los derechos humanos que digan algo en favor de este atropello colectivo, si ellos mismos se han sumado a esta lapidación pública?
Tal vez, solo tal vez, luego de que pasen las elecciones y muerdan su derrota, sean capaces de recapacitar y ver la realidad. Entonces verán que la historia no se repite. Ya no estamos acosados por Sendero Luminoso y el MRTA gracias precisamente a que fueron derrotados en los 90. Ya no se puede repetir una lección que ha sido aprendida por todos los peruanos. Ya hemos aprendido y ahora tenemos instituciones velando por la democracia. Este es otro país y Keiko es otra persona.
Esperemos que esta tormenta de escoria y de insultos que viene de la izquierda pase rápidamente. Ojalá recuperen pronto la sensatez. El país lo necesita.
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