#ElPerúQueQueremos

La "dignidad" en campaña

Publicado: 2011-06-03

Una característica básica del pensamiento de izquierda es su apego por las palabras cargadas de simbolismo. El discurso de izquierda está repleto de palabritas bonitas y de imágenes de fantasía. Nunca pisan tierra más que para confirmar que los pobres siguen existiendo y que entonces pueden seguir en campaña. Les importa poco el dato de que la pobreza se ha reducido en 20% en estos últimos diez años, y que si seguimos en el mismo rumbo, la pobreza se seguirá reduciendo hasta un tamaño manejable por el Estado mediante apoyo directo. Pero eso no le conviene a la izquierda porque entonces ¿dónde haría sus campañas? ¿cuál sería su electorado? ¿A quién engañarían ofreciéndoles el cielo y la redención?

Una de las palabras más usadas por parte del humalismo en esta campaña es "dignidad". Dicen que hay que votar por la dignidad, sugiriendo que votar por Keiko no sería digno y que hacerlo por Ollanta Humala sí lo sería. En primer lugar hay que advertir que este tipo de izquierda que sigue enfocado aun en los años 70 AMB (Antes del muro de Berlín), nunca ha podido generar riqueza. No hay un solo país en donde esta izquierda haya logrado generar riqueza. Que alguien mencione una sola. Todo lo contrario, esta clase de izquierda solo ha generado pobreza y miseria. Y eso es exactamente lo que nos espera con Ollanta Humala.

Así que francamente no me explico por qué Ollanta Humala y la clásica izquierda peruana simbolizarían la "dignidad". Hay algunas preguntas que me gustaría que respondieran los humalistas.

- ¿Hay dignidad al votar por un militar mediocre y casi ignorante, expulsado del Ejército por subversivo, y aliado con la izquierda radical pro senderista que nos llevará al fracaso económico?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato que se ha comportado como una veleta cambiando de orientación según el viento, y que ha llegado al ridículo de tener que jurar sobre una Biblia el respeto a la Constitución? Como las promesas que Silvestre le hacía a la abuelita de no comerse a Piolín. Ya sabemos cómo terminaban esas promesas...

- ¿Hay dignidad votando por un candidato tan solo por el miedo histérico y el odio insano que se ha predicado contra Keiko?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato del que nadie sabe a ciencia cierta cuál es su pensamiento político (si tiene alguno) y que no tiene más que promesas desbocadas: regalar plata, dar servicios gratuitos, bajar los precios, subir los sueldos, etc.? ¿Es eso serio?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato que carece de formación profesional, que no ha tenido ningún empleo desde que fue expulsado del Ejército y que vive como rico a costa de los cupos que le cobra a sus congresistas y del apoyo chavista ?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato que sabemos a ciencia cierta que detendrá la inversión en el Perú con su secuela de pobreza?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato que pretende convertir al Perú en una nación de parásitos dependientes de la ayuda del Estado?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato que pretende insertar al Perú en un proyecto político continental liderado por Hugo Chávez?

- ¿Hay dignidad votando por un candidato sobre el que pesan denuncias de violación de derechos humanos, compra de testigos, cobranza de cupos al narcotráfico y cuyo expediente militar ha desaparecido misteriosamente?

Al parecer la gente ha olvidado quién es Ollanta Humala. Hay que recordárselo. Es un cachaquito medio demente que salió de la nada. Saltó a la fama por hacer una asonada ridícula, supuestamente contra Alberto Fujimori, cuando este ya había renunciado y convocado a elecciones. Se llevó con engaños a unos 38 reservistas que no sabían nada. Al final el valiente cachaquito acabó rindiéndose sin disparar un solo tiro y quedó como un verdadero idiota. Sin duda todo fue una artimaña para cubrir la huida de Vladimiro Montesinos. Eso lo saben todos, incluso los de izquierda, pero ahora se hacen los locos.

Desde luego, el desquiciado no se quedó tranquilo. Volvió a amotinarse contra Alejandro Toledo, siendo este un presidente constitucional. Cuando aparecieron los muertos Ollanta se hizo el loco y se lavó las manos como un cobarde, dejando que su hermano cargue con toda la culpa. Sólo en un país como el Perú podríamos tener un candidato a la presidencia como Ollanta Humala. Otro país es Bolivia, pues Evo es el presidente más parecido y el que está al mismo nivel mental de Ollanta. Pero solo en el Perú, donde -según Sofocleto- Dios puso a los cojudos, podría estar como candidato a la presidencia un delirante cachaco golpista salido de la nada.

¿Y llaman a eso "dignidad"?

.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social