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El fascismo antitabaco en marcha

Publicado: 2011-07-12

No puede dejar de sorprendernos este curiosísimo fenómeno sociocultural del antitabaquismo, convertido ya en una casi histérica cruzada política a favor de la salud y de la humanidad. Como todo movimiento social, hay una prédica insistente alrededor de ciertas ideas-fuerza que orientan el razonamiento y las acciones políticas. Estas son, en este caso, el famoso "efecto del fumador pasivo".

Lo nefasto de la política es que se desarrolla más cerca del aspecto sociocultural que del aspecto científico. Esto, en otras palabras, quiere decir que se cree y se sigue más el mito y la charlatanería que el conocimiento comprobado real y científicamente. Son los casos, por ejemplo, de la homosexualidad y el del tabaquismo, entre muchos otros, donde la irracionalidad es la que se impone.

En el caso concreto del "efecto del fumador pasivo" no existe evidencia científica irrefutable que pruebe este efecto. No es más que un mito consagrado por la prensa y los charlatanes del "culto a la salud", un novedoso fenómeno sociocultural surgido en los 80 y que ha derivado en la transformación radical del ritmo de vida de las personas, y la invasión de productos sanatorios de todo tipo, empezando por aguas y rehidratantes, aparatos insólitos de gimnasia casera, fajas y cremas que eliminan la grasa corporal, polvos mágicos para la reducción de peso, gimnasios, spa, solariums, etc.

Dentro de este fenómeno definido como el "culto a la salud" se ha impuesto la creencia en el "efecto del fumador pasivo". Una creencia por demás idiota que supone que quien está alrededor de un fumador y respira el humo del tabaco tiene más riesgo de contraer cáncer que el propio fumador. Así es como se riega y se propaga esta creencia. Lo cierto es que en el mundo de la ciencia no hay una sola prueba que sustente esta creencia. Una creencia que a sola vista resulta ser francamente estúpida.

En el campo científico hay, por lo menos, una prolongada controversia acerca de la validez de los datos obtenidos mediante meta-análisis. Para empezar, este tipo de estudios no son nada fáciles de hacer y, generalmente, se basan en el seguimiento de parejas de esposos en el que uno es fumador y el otro no lo es. En estos estudios no se han hallado diferencias significativas en la mortalidad con los cónyuges que no son fumadores. Lo único que sí es cierto es que existe una fuerte asociación (dependiendo de las dosis) entre el consumo de tabaco y el desarrollo de cáncer de pulmón y enfermedades coronarias, lo cual también resulta obvio. Pero en cuanto al "fumador pasivo" no hay absolutamente nada.

Mayor daño a la salud causa la polución ambiental provocada por los miles de vehículos chatarra que circulan por la ciudad impunemente. Sobre todo las decenas de miles de unidades de transporte que saturan las calles del venenoso monóxido de carbono. Mayor servicio a la salud haría una disposición que prohibiera la circulación de chatarra o al menos impusiera un límite de diez años de antigüedad a las unidades de transporte público, pues al cabo de ese tiempo, cualquier vehículo que se pasa el día circulando por Lima no es más que chatarra.

Sin embargo, mientras que los vehículos de transporte público nos envenenan con sus gases, las autoridades se han dedicado al más fácil  recurso del engaño, sacando prohibiciones draconianas contra los fumadores, como si en el Perú tuviésemos un problema social en ese campo, y no lo tenemos. Lo que sí tenemos es un problema social en el consumo de alcohol, y específicamente de cerveza, pero a nadie parece importarle este hecho clínicamente comprobado. Será que hay poderosos intereses contra los que no se quiere chocar.

Mientras tanto, la demagogia barata se ha apoderado de las autoridades y hoy hay una competencia abierta por determinar quién es el más absolutista de los alcaldes para prohibir todo rastro de humito de cigarro en su distrito. Yo lo veo como una competencia por la estupidez. En este caso hay incluso una clara violación de las libertades, una conducta fascista y radical de las autoridades que no tiene ningún sentido.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social