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La herencia de Alan García

Publicado: 2011-07-27

Se dirá que un artículo con ese título a estas alturas ya no es novedad porque se han escrito varios, y se ha hecho ya el perfil o balance de la gestión de Alan García que finaliza hoy. Es cierto, pero insisto en el tema porque aquellas columnas, al menos las que pude leer, me parecen muy injustas, sesgadas, pobres de pensamiento y de sentimiento, herederos de ese ambiente cultural tan peruano dominado por la maledicencia, el encono, la suspicacia, la denuncia, el afán de persecución moralista, entre otras taras que afectan el periodismo de hoy. En el Perú el gobernante de turno siempre es la piñata del periodismo que sólo se dedica a criticar resaltando lo malo. Prevalece una noción patológica de la noticia, asociada siempre a lo nefasto.

Algunos analistas le achacan al saliente presidente los males que padece el Perú desde las épocas de San Martín, tales como la corrupción, el centralismo, la improvisación, etc. Todo está mal, inconcluso, sobrevaluado, o no se ha hecho nada sobre muchas cosas. En fin. Creo que hace falta un poco de objetividad para hacer este balance. Pero antes, debo advertir que no soy y nunca he sido aprista ni alanista.

De hecho soy uno de los que se vio forzado a hacer algo impensable en la vida: votar por Alan en el 2006. Pasemos por alto aquellas razones. Lo importante hoy es que puedo decir que no me arrepiento de haberlo hecho. Definitivamente creo que fue un acierto en esa coyuntura. Muchos prefirieron la otra opción aterrados por el recuerdo del mismo Alan, tal como lo han hecho hace poco aterrados por el recuerdo de Fujimori. Pero creo que las evidencias revelan que aquellos temores neuróticos eran, finalmente, irracionales.

Mencionemos algunos hechos más que estimaciones sobre el gobierno de Alan García. Si bien halló un país que crecía a una tasa de 6% lo que logró fue hacerlo crecer a mayores tasas, llegando al 9% y 10% en el 2007 y 2008. Esto ya de por sí es todo un record mundial. Luego logró, junto con todo su equipó, que la recesión mundial no nos golpee gracias a las masivas inversiones del Estado en infraestructura, lo que permitió el reinicio del Tren Eléctrico, que sucesivos gobiernos durante 20 años abandonaron por mezquindad.

Hay que añadir que este gobierno ha logrado prácticamente eliminar el analfabetismo. En un país de geografía tan complicada como la nuestra eso parecía imposible. Pero no solo eso. También ha logrado reducir la pobreza nada menos que en 20 puntos, lo cual se puede apreciar fácilmente en el tremendo incremento del consumo, sobre todo en aquellos sectores identificados tradicionalmente como "deprimidos". Dos pequeñas muestras de esto han sido la explosión en el consumo de lineas de teléfonos celulares y el incremento del consumo de cerveza. Hay otros indicadores fácilmente visibles como el uso de TV por cable, que sobrepasa el 30% de los hogares peruanos gracias a la tecnología satelital, y las parabólicas están a la vista en los techos de los sectores populares y rurales.

Los records que exhibe este gobierno son impresionantes, pues nunca habíamos tenido tales niveles de reservas (US$ 45 mil millones) o tales índices de inversión extranjera. La inflación ha sido una de las más bajas de nuestra historia y del mundo actual. La calificación del Perú por parte de todos los agentes internacionales nos ha ubicado al nivel de los mejores países. A todo esto hay que añadir un manejo eficiente de la imagen internacional del Perú, que no se tuvo nunca, y que ha permitido la confluencia entre el sector gobierno y la sociedad civil, pues ambos han emprendido esta cultura de amor por el Perú y la promoción mundial de su imagen.

Alan García ha tenido el tino de abrirle los principales mercados a los productores peruanos a través de los tratados de libre comercio. No solo ratificó el TLC con los EEUU, el principal mercado del mundo, sino con la Unión Europea, China, Japón, Corea, Canadá, Singapur y Chile. Y se han iniciado conversaciones con los países de Centroamérica. Todo eso permite que nuestros artesanos e industriales, pero también nuestros profesionales, tengan mayores mercados para ofrecer sus productos y servicios. Lo que falta es alentar una cultura de la exportación, que acá lamentablemente no se tiene. Aun somos muy aldeanos. Nos vendemos entre nosotros y recelamos del foráneo.

Otra cifra record que deja este gobierno, hay que anotarlo bien porque es un buen índice de gestión y permite comparar gobiernos, es el PBI per cápita que está por llegar ya a los US$ 10,000 este año. Estamos prácticamente raspando ese nivel. Dependerá de lo que haga el gobierno entrante si llegamos o retrocedemos. Pero Alan nos ha puesto ya en un nivel impensado hace diez años. Otro dato importante es que los niveles de desempleo han retrocedido por debajo del 8% y hay lugares donde el desempleo es 0%. Se ha reducido la deuda pública a menos del 9% del PBI y la situación económica del Estado es más sólida que nunca.

A despecho de lo que muchos creen, porque es lo que muchos repiten, las exportaciones peruanas han crecido enormemente pero no solo porque los precios internacionales de los minerales se han disparado. El sector de mayor crecimiento en exportaciones han sido los productos no tradicionales. La industria nacional ha empezado a renacer. Creo que todos deben haber visto cómo hemos estado fabricando los buses del Metropolitano. Estamos exportando buses a Chile. Un muestra del nuevo giro que tienen las exportaciones peruanas.

Sería muy largo mencionar todos los logros alcanzados por este gobierno. No voy a enumerar la larga lista de obras de infraestructura que llegan a más de 180 mil. Siempre estarán los malhablados y envidiosos tratando de quitarle el brillo a las obras. Pero las obras estarán allí. Y sin duda las usarán ellos mismos. Solo he querido dar pruebas de que el Perú sí ha avanzado. No es como dicen algunos repitiendo las viejas letanías de la corrupción o la ineficiencia del Estado en brindar los servicios. Estas cosas no son creación del gobierno de Alan. Son cuestiones culturales que nos pertenecen a todos. Las cuestiones culturales, lamentablemente, no se cambian con leyes. Ni siquiera se cambian con multas o condenas, como se ha podido comprobar innumerables veces. Hay que saber diferenciar bien cuáles son los reales alcances de un gobierno y su verdadero campo de acción. Un gobierno no está para cambiar la cultura ni para transformar la "conciencia social" y crear un "nuevo hombre" como creen los de izquierda. Esas patéticas creencias los lleva siempre al fracaso.

Desde luego que no se ha hecho todo. En este país aun falta mucho por hacer. Pero que no se diga que no se ha hecho nada o poco. Para ser objetivos hay que comparar este gobierno con lo que han sido todos los demás gobiernos del Perú desde 1821. Y esta comparación se hace sobre los logros. No sobre lo que no se hizo. Y si comparamos los logros, solo queda admitir, aunque a muchos peruanos esto parece dolerles, que este gobierno ha sido uno de los mejores que hemos tenido.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social