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Los intocables

Publicado: 2011-11-06

Existe en nuestra sociedad un amplio segmento claramente diferenciado de delincuentes de saco y corbata que nunca son tocados por la justicia. Peor aun, a veces son parte de la justicia. Hoy tenemos a uno de ellos acorralado como una rata asustada en el Congreso, aunque todavía parece estar meditando en su última jugada para salir airoso. Conociendo la realidad nacional, es posible que lo logre.

Ahora nos enteramos que otra de estas joyitas de la delincuencia de saco y corbata, (en este caso, de carmín y tacones altos), se ha salido con la suya gracias, una vez más, a la infaltable ayuda del podrido sistema legal peruano. Se trata de la Dra. Juana Soledad Vega Pinto Egas. No sé si esta desadaptada seguirá siendo "doctora", pues supongo que el Ilustre Colegio de Abogados de Lima tiene un código de ética, aunque sea de adorno. En cualquier Colegio de Abogados decente, una persona que delinque, deja de ser abogado.

La "doctora" Juana Soledad Vega Pinto Egas saltó a la fama la madrugada del 13 de octubre del 2009 al chocar su auto VW Polo en el cruce de República de Panamá con 28 de Julio, en completo estado de embriaguez. Era evidente que no solo había consumido alcohol sino drogas. Fue llevada a la comisaría de San Antonio donde se dedicó a meterle cabezasos y patadas a cuanto policía se le acercaba. Una conducta que ya parece ser típica de esta clase de chusma. Más tarde se le hallaría 1.6 g. de alcohol por litro de sangre.

Lo que más debería sorprendernos, (si algo puede sorprendernos en este país) es que esta joyita de la delincuencia de la alta sociedad, era no solo abogada sino procuradora del Poder Judicial. (Bueno, si el otro es Vice Presidente de la República, qué más da ser procurador). Por supuesto, la neurótica y alcohólica abogadilla fue despedida de su cargo por el escándalo, aunque, al parecer, en el Ilustre Colegio de Abogados de Lima la conducta de su coleguita no pasó de ser una humorada. Tal vez hasta colocaron su foto en el marco de "Abogada del mes".

Pero allí no quedó la hazaña de esta señorita de la ley. Como su licencia de conducir fue suspendida, la muy astuta abogadilla, conocedora de las lentitudes del sistema, se fue al MTC a pedir un duplicado, antes de que llegara la Resolución. Así que aun con la licencia suspendida siguió conduciendo. Así fue pillada por un canal de TV. ¿Cuántas faltas o delitos implica esta conducta? Varias. Muchas. Sin embargo nadie se tomó la molestia de acusarla.

Luego de esconder su expediente por dos años, otra joyita de esas que tenemos en el podrido Poder Judicial, la Dra. Beatriz Arenas Alvarado, titular del 23 Juzgado Penal, ha declarado inocente y libre de polvo y paja a su coleguita Juana Soledad Vega-Pinto Egas. Acá no pasó nada. La delincuente que chocó manejando en estado de ebriedad y drogada, que agredió a la policía causando lesiones, que trasgredió la ley conduciendo con la licencia suspendida y que sorprendió a las autoridades del MTC obteniendo irregularmente un duplicado de licencia, es una blanca palomita cuyo caso debe ser archivado sin siquiera una amonestación.

Esto sale a la luz a los pocos días del escándalo que protagonizaron otras lacras similares de nuestra "alta suciedad", los ya famosos jóvenes Kurt Heinz Lundstrom Porras y Alejandra Umeres Otoya, a quienes hasta los medios tratan con más consideración porque, tratándose de otras personas, ya les habrían atribuido sus respectivos alias como "el loco Heinz" o la "chata Alejandra". Estos inocentes jóvenes antisociales fueron intervenidos por armar escándalo en la vía pública y llevados a la comisaría de La Molina, donde luego se comportaron como verdaderos salvajes, insultando y agrediendo a la policía con patadas arteras, empujando los escritorios y tirando los papeles al piso, sin mostrar la menor idea de lo que es el respeto a la autoridad. Mucho peor aun, sin mostrar siquiera respeto por su propia imagen y un mínimo de educación cívica.

Como corolario de esta vergonzosa actuación, los padres de la desadaptada hicieron su propio show al llegar a la comisaría. No solo defendieron a su neurótica hijita sino que también la emprendieron contra la autoridad. La madre reprochaba a los policías recalcando que "ella es una chica de su casa". Sin embargo, a esta "chica de su casa" la detuvieron armando escándalo en la vía pública a muy altas horas de la noche, y luego se comportó como una psicótica en crisis gritándole a los policía "fílmame huevón, no me interesa, filma lo que chucha te dé la gana", para luego arrojarles el escritorio al piso. Si así son las "chicas de su casa", creo que prefiero una callejera.

También resulta que el fiscal dejó en libertad a estas joyitas y ni siquiera levantó cargos. Nunca pasó nada. Eso quiere decir que entrar a una comisaría y destrozarla a patadas, golpeando a los policías y mentándoles la madre, es una conducta absolutamente normal en el Perú. Ya saben, la próxima vez que un policía los detenga para pedirle sus documentos, solo tienen que mandarlo a la mierda y meterle un patadón. Bueno, digo, si es que usted vive en La Molina o es abogado o tiene amigos en el Poder Judicial. O sea, si es uno de Los Intocables.

Ahora el Ministro Valdés anuncia que "coordinará" para que estas agresiones a los policías no se repitan. Viejo cuento. O sea, que lo que pasó, piña pues, ya pasó. Es obvio que estas autoridades de pacotilla tampoco entienden que sin sanción ejemplar nunca habrá un cambio en la sociedad. Mientras tanto los demás, los de a pie, sí seguirán cumpliendo las penas de ley.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social