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Cuando el diálogo se hace imposible

Publicado: 2011-11-29

El conflicto antiminero ha llegado a un nivel de irracionalidad tal que ningún diálogo productivo es ya posible. Toda persona habrá experimentado alguna vez el punto en que el diálogo no funciona, ya sea porque uno o todos los miembros son víctimas de un estado emocional alterado. Pero esto no es todo lo que ocurre en Cajamarca. Hay además una gran cantidad de componentes que se añaden al proceso y lo enturbian, haciendo que cualquier intento de diálogo sea simplemente imposible. Y me temo que el conflicto va a empeorar porque se ha tornado en emblemático tanto para el gobierno como para la región. Ya empezaron los heridos. En cualquier momento llegan los muertos. Es cuestión de sentarse a esperar.

Si uno estudia el proceso alrededor de minas Conga, hallamos varios componentes que son los ingredientes perfectos para el caos social que hoy vemos. Por ejemplo: el excesivo número de participantes, incluso al interior del propio gobierno; la incursión de agentes extraños como las ONGs y otras organizaciones de activistas que se manejan a base de consignas fanáticas contra toda minería o contra toda inversión extranjera; el alto grado de complejidad del problema, que exige conocimientos especializados y capacidad para comprender el debate técnico; la manipulación y transformación del problema ecológico-minero en una cuestión de "dignidad" regional; los miedos irracionales que se han propagado hacia la población por parte de los predicadores de izquierda; etc. Veamos algunos de estos puntos.

a) A sola vista hay demasiados agentes metidos en este lío. Oficiales y extraoficiales, pues ahora todo el mundo quiere opinar. Cuantos más participantes hay en un debate mayor es el conflicto y menor la posibilidad de entendimiento. Acá hay muchos, incluso al interior del gobierno, y ya hemos visto el conflicto interno y la descomposición oficial. Ahora es cuando podemos entender lo absurdo de crear ministerios ideológicos como el del Ambiente. El Ministerio de Energía y Minas siempre tuvo un sector destinado a los asuntos ambientales, compuesto por gente especializada en el rubro. Trasladar esa competencia a un Ministerio poblado por gente que solo tiene teoría ambiental en la cabeza es estúpido. Ese es un ministerio que nunca debió crearse.

b) Fuera del gobierno también hay una plaga de activistas metiendo su cuchara sobre el tema, sin contar con conocimientos técnicos suficientes. Se dedican a "analizar" siguiendo la lógica de una ama de casa, para hacer afirmaciones del tipo: "¿Cómo no va a afectar que desaparezcan cuatro lagunas?!!!". Es obvio que no lo entienden. ¿Para qué explicarles? Es gastar palabras. Lo que habría que decirles es: si no lo entiendes, mejor cállate. Hay demasiados burros rebuznando desde las ONGs y los medios.

c) El tema es de por sí complejo, pues se trata de un proyecto de alta ingeniería. Por ello resulta ridículo que tanta gente se meta a opinar sin tener una mínima noción científica y técnica del problema. De hecho las "lagunas" no son pues como la laguna de Parón o la de Conococha, en Ancash. Se trata más bien de charcos de agua que no llegan al tamaño de un estadio de fútbol y se hallan en una hondonada simple, sin lecho ni drenaje. No es pues como la laguna de Conococha, del cual brota el Santa y cuyo lecho lacustre es más grande que el distrito de La Molina. O sea, acá han exagerado el asunto de las lagunas al extremo.

d) Además del excesivo número de partes en conflicto y del tema complejo, tenemos a los agitadores especializados de la izquierda, que ya han hecho su trabajo creando el miedo por el agua y haciendo de la minería un fantasma del terror. Además han convertido el problema en un dilema absurdo: oro o agua. Planteado así el dilema, no hay manera de que se logre una conciliación, y menos aun cuando el propio Presidente Regional es un agitador de la extrema izquierda, o sea un retrógrado que está en contra de cualquier inversión extranjera y de toda forma de progreso por convicción ideológica.

Para finalizar, además de todo este enredado panorama, tenemos a un verdadero inepto en la conducción del país. Tal como se ha apreciado ya en un video, el mismo Ollanta Humala se ofrecía a organizar el paro antiminero en Cajamarca hace un tiempo atrás. Eso demuestra pues la verdadera dimensión de este cantinflas de la política peruana a quien solo la infamia de una sucia campaña electoral pudo llevar al poder. Una lástima para el país.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social