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Los caviares y el informe final de la CVR

Publicado: 2012-02-04

Al margen de los acontecimientos cotidianos y repentinos que suelen ganar las primeras planas de los diarios y ocupar varios minutos en los noticieros, con reportaje dominical incluido, pocos temas se mantienen incólumes como vigas maestras en el debate nacional. Quizá el mayor de todos sea el informe de la CVR. Hay toda clase de opiniones, versadas y no, honestas y no, valientes y no. Pero lo importantes es que se trata de un documento claramente cuestionado.

Sería deseable abordar el debate con argumentos realistas en busca de una salida al problema, tal como ha hecho León Trahtemberg, por ejemplo, proponiendo una comisión especial para que examine ese informe. El otro extremo es el de persistir en las mismas posturas, apelando a melifluas argumentaciones e invocando a los pobres y excluidos de siempre en busca de simpatías. Es el caso de los ya conocidos caviares. Un caviar es alguien que se sienta al borde de su piscina con un dayquiri en la mano y escribe una columna rosa a favor de los pobres y marginados. Son los consabidos pobretólogos de la izquierda progre.

Apelando a sus indudables dotes de dramaturgo, Diego García Sayán nos regala hoy una pieza de tragedia hindú para defender, una vez más, el dichoso informe de la CVR. Más allá del drama de los campesinos pobres su lógica resulta incomprensible. Es cierto que la mayoría de muertos fueron campesinos empobrecidos debido a que Sendero Luminoso llevó su cobarde accionar a la sierra más pobre del país, siguiendo su estrategia. ¿Y eso justifica que enseñemos el informe de la CVR en las escuelas? Mejor citemos a nuestro Shakespeare de buffete: "Todo ello ha dejado una huella muy grande y profunda que llevará años reparar y resarcir. Y en ello el Estado tiene una responsabilidad histórica frente a este reto nacional".

Sin duda, nuestro ilustre jurista e inventor de la CVR  tiene una sensibilidad muy especial y una visión dramática de las cosas. Reconocer que se vivió una tragedia no implica asegurar que "ha dejado una huella muy grande y profunda que llevará años reparar y resarcir". Creo que hay allí un deseo claro de teatralización que ya ha sido muy evidente para muchos. Toda tragedia se supera, salvo casos muy contados que pasan al terreno clínico. Muchos pueblos han pasado tragedias enormes de todo tipo, incluyendo guerras atroces como las de la Segunda Guerra Mundial, donde hubo una raza entera perseguida, vejada, torturada y humillada en busca de su exterminio. También nosotros hemos pasado por grandes desastres naturales, como el terremoto del 31 de mayo de 1970 que dejó más de 70 mil muertos, medio millón de desamparados y una capital provincial borrada del mapa. Las tragedias son consustanciales a la existencia humana. No necesitamos hacer drama sobre la tragedia.

Por otro lado  ¿acaso rechazar el informe de la CVR significa cerrar los ojos al pasado, como dice nuestro dramaturgo jurista? García Sayán parece haber renunciado a una argumentación inteligente para apelar a la telenovela sensiblera, a la retórica efectista cargada de adjetivos dolientes y adverbios graves. Así nos dice que "la urgencia irrenunciable de la memoria sobre lo que nos pasó" es necesaria para asegurarnos de que algo así no se repita. Francamente nunca he entendido a los charlatanes cuando dicen esta clase de cosas porque no sé a qué se refieren exactamente cuando habla de "memoria". ¿Será un USB? La verdad no entiendo.

La memoria de un pueblo se transmite mediante libros y películas. Gracias a ellos tenemos hoy "memoria" de la Guerra de Troya y de la crucifixión de Cristo. De hecho los libros de historia del Perú e incluso los de historia universal, ya incluyen el fenómeno del terrorismo en el Perú. Así que hay que pedirle al jurista dramaturgo que no se preocupe tanto por la "memoria". Esta no se va a perder ni pasa necesariamente por el informe de la CVR. Debería relajarse. Pero tampoco es cierto que tener "memoria" garantiza que no repetiremos la historia. Eso es falso. Para no repetir la historia se precisan leyes y cambios institucionales y culturales. Pero más importante que todo eso es dejar de infectar el cerebro de los jóvenes con marxismo, pues mientras sigan con esa prédica nefasta siempre tendremos el riesgo de que la tragedia de Sendero se repita. Y nadie podrá negar que en el informe final de la CVR hay un fuerte hedor a marxismo.

García Sayán está convencido de que "para esos bolsones de peruanos pobres la ´memoria´tiene un contenido dramático que no es otro que esperar una reparación muy concreta: que, después de años, se encuentre en alguna fosa común a sus familiares desaparecidos y presumiblemente muertos para darles cristiana sepultura. Miles aún lloran a seres queridos en muchos rincones del país y claman por “inclusión” –hoy parte de la política oficial– y ser destinatarios de ella". Parece que nuestro dramaturgo jurista tiene una especial afición por los entierros y resulta ser más cristiano que el mismísimo Cardenal.

Ignoro si García Sayán posee algún conocimiento especial que lo lleva a tales extremos en torno a los entierros. No sé si es psicólogo y tiene la certeza científica de que solo así se logra la tan ansiada y preconizada "reparación". No sé de dónde saca eso ni a qué se refiere exactamente. Al parecer pretende una comisión de desenterradores de fosas a nivel nacional. Yo creo que se trata, una vez más, de una treta en busca de nuevos contratos con el Estado. Mamadera que le dicen. No creo que toda esa palabrería sea solo "sensibilidad por los pobres". Hace tiempo que dejé de chuparme el dedo.

Los seres humanos tenemos muchos mecanismos para superar las tragedias. No se tiene que pasar por un desentierro, una ceremonia, una misa y una "cristiana sepultura" para que la "reparación" sea cumplida. Tampoco es cierto que se puedan identificar a las víctimas. Nadie ha explicado cómo se logra determinar que una tibia corresponde a Seferino Mamani y no a otro. Allí hay poca seriedad científica y mucho tecnicismo teatral. Pero al margen de eso, existen muchos casos en que los seres humanos debemos asumir un luto sin ver un cadáver. Por ejemplo cuando ocurre un accidente de aviación. Los parientes se conforman con arrojar una corona de flores en el mar, velar su ropa, construir un espacio en la casa con sus fotos, etc. He visto muchas maneras de velar y recordar a un desaparecido.

Así pues, en nada ayudan estos artículos recargados de drama y sensiblería. Tal vez convenzan a los tontos que gustan del floro. Pero acá no estamos para telenovelas. Tenemos que buscar soluciones realistas y no divagar con melodramas. Darle vuelta al tema de la CVR no es olvidar lo que pasó. Es dejar que otros temas más actuales y urgentes ocupen su lugar. No podemos seguir discutiendo eternamente sobre el informe de la CVR. Lo concreto es que ese informe tiene un rechazo mayoritario por sus desatinadas formas de explicar el fenómeno del terrorismo validando la violencia por la pobreza. No es algo que podamos enseñar en las escuelas.

García Sayán nos expone algunas luces sobre el sesgo del informe cuando dice "distinto es –o sería– un debate con ideas y propuestas concretas que apunten a enriquecer una explicación rigurosa de lo ocurrido, sin soslayar, por cierto, responsabilidades estatales". Es evidente que Dieguito está más interesado en destacar las faltas del Estado que en la de sus amigos de izquierda. El tono y el remarcado es revelador, pues si habla de "explicación rigurosa de lo ocurrido", con eso basta. Pero destacar que deben incluirse las responsabilidades estatales está demás y es evidente que su subconsciente lo traiciona. Sin duda estamos de acuerdo en ese debate. Pero es algo que ya debería emprenderse.

Otro detalle revelador es afirmar que el informe de la CVR se basa en el testimonio de 17 mil víctimas. Le hago unas simples preguntas al lector: ¿usted cree que hacían falta 17 mil testimonios? ¿Usted cree que alguien leyó todos esos testimonios para redactar el informe? Suponiendo que cada testimonio tome solo una hora, el manejo de esa cantidad de testimonios, tanto en su registro como en su procesamiento, excedería largamente el tiempo que duró la CVR, aun con todo el personal que contaban. Sin duda es una cifra bastante exagerada, aunque hubo de hecho muchos testimonios. Sin embargo no hacía falta el testimonio de 400 violadas para establecer el hecho de que hubo violaciones. Hay en todo eso un problema metodológico y además un error en la concepción de la misión. Por todo ello algunos hablan de "mucha teatralización". Además no nos olvidemos que los miembros de la CVR se prestaron a ser parte de ceremonias públicas, misas, etc.

En resumen, no podemos enseñar en las escuelas un documento que es cuestionado por la mayoría de nuestra sociedad. No podemos enseñarle a los niños que la pobreza genera violencia o que la violencia está justificada cuando hay pobreza, exclusión y marginación. El credo marxista ya nos hizo demasiado daño para consagrarlo como partre de la educación de nuestros niños. A los niños hay que enseñarles que solo el trabajo, la innovación, la creatividad y el empeño es lo que nos saca de la pobreza. Es tiempo pues de dejar el drama y la pobretología marxista para abordar ese informe de una vez por todas. Debemos apoyar la idea de que se forme una comisión de amplio consenso que estudie el informe y corrija sus errores de perspectiva y su lenguaje.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social