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Ollanta el transformer

Publicado: 2011-04-13

Lo más sorprendente de toda esta campaña electoral ha sido la serie de transformaciones que ha sufrido Ollanta Humala. De ser un lunático militar golpista reincidente, se ha convertido hoy en defensor de la democracia y del modelo económico. De ser un venenoso agitador político a ser hoy un convocador de la unidad nacional. De ser un reformador ultra radical de todo el sistema político y económico a ser hoy quien garantiza el modelo de crecimiento económico y la libertad de prensa. ¿Es o no es un verdadero transformer?

Nadie nos puede culpar por dudar de Ollanta Humala. Tenemos pruebas para dudar. En principio está ese Plan de Gobierno que, a todas luces, corresponde a otras épocas. Parece que lo tenían guardado. Más de la mitad del Plan es un refrito ideológico que la izquierda nacional viene repitiendo hace varias décadas, a las que le han añadido una que otra palabra. O sea, ese Plan condensa las visiones y programas de la izquierda nacional ya conocidas desde siempre. Hasta repite programas velasquistas y las quiere radicalizar, como el de los medios. No es pues un plan de Humala. Eso está claro. Se lo han prestado, igual que el terno y los papelitos que leyó en el debate.

Ahora bien, si lo que Humala desea es el voto del centro, lo que tiene que hacer en primer lugar es desmarcarse de la izquierda cavernaria y atar a sus perros más rabiosos. Acabamos de ver a Carlos Tapia ladrando y babeando en defensa de los ideales izquierdistas, igual de a Javier Diez Canseco y otros viejos rojos jurásicos que quieren aplicar el Plan linea por linea. Si Ollanta no se desmarca de estos dinosaurios está descartado como opción. De ninguna manera pondremos el país en manos de estos alucinados.

Las recetas de la izquierda fracasan siempre. Eso es un axioma científico comprobado. Todo ese Plan de Gobierno de Gana Perú es la receta del fracaso. Ya ha sido aplicado y ha fracasado. Lo podemos ver en Venezuela. Un país inmensamente rico que ha visto multiplicado sus ingresos por petroleo como no había ocurrido jamás en su historia. El precio del petroleo estaba a 38 cuando llegó Chávez y llegó a 180 dólares durante buen tiempo. Hoy bordea los 150. Pero aun con toda esa bonanza económica de los últimos diez años, Venezuela es hoy un país más pobre, en recesión, con una seria crisis política, dividido, con una de las inflaciones más grandes del mundo. Es un desastre.

El modelo de Venezuela es exactamente el modelo de Ollanta. Hoy mismo Ollanta ha reiterado que su prioridad es la redistribución de la riqueza. En otras palabras, su prioridad serán las medidas populistas y asistencialistas. Tal como empezó Chávez. ¿Por qué? Porque eso permite la manipulación política de la sociedad y garantiza votos. Cuando tenga los votos asegurados, planteará referendums, que es lo que a todos los dictadores les encanta convocar, pues sienten que ya tienen las voluntades compradas. Así es como aseguran los cambios de constitución y su permanencia en el poder. El Plan de Ollanta es tal cual se ha aplicado en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Micheletti estuvo a punto de aplicarlo también en Honduras, pero afortunadamente lo echaron.

Mientras Ollanta se dedica a sus planes populistas y asistencialistas, el manejo político se resentirá porque iniciará el enfrentamiento con los EEUU y con Chile, dos de los principales socios comerciales que tenemos. Las inversiones se paralizarán porque los financistas no son idiotas. Ya se sabe que los planes asistencialistas consumen recursos y que luego estos políticos pretenden exprimir más a las grandes empresas. Entonces simplemente se van. Lo que nos quedará será una sociedad de parásitos dependientes de la ayuda del Estado. Igual que en Cuba y Venezuela. Una sociedad que seguirá vivando a su Dios Ollanta para que le siga dando alimentos básicos y gas mediante largas colas en los estancos del Estado. Ya vivimos eso antes y es lo que hay en Bolivia ahora. ¿Queremos volver a eso?

No es difícil adivinar lo que le espera al Perú si gana Ollanta Humala. No se necesita ser adivino. Solo hay que leer su plan de gobierno, escuchar a sus colaboradores, recordar o leer la historia del Perú y observar a nuestro rededor en los países que tienen este estilo de política estatista y asistencialista. Desgraciadamente hay mucha gente ignorante e ilusa. Eso es verdad.

Si Ollanta quiere el apoyo del centro, lo repito, debe colocar en la congeladora su Plan y a sus ideólogos de la izquierda jurásica. Esa es la única condición viable. Y ya mismo debe decidir qué clase de gente llevaría a su supuesto gobierno. De lo contrario lo que le espera al Perú es una especie de guerra civil, tal como hay en Venezuela.

Luego analizaremos las condiciones que habría que exigirle a Keiko.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

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