Privaticemos EsSalud
Lo ocurrido hace días con un tomógrafo asignado a Huancavelica y que terminó en Piura, según dicen, por presión de la primera vicepresidenta, Marisol Espinoza, es tan solo una más de las muchísimas interferencias políticas que existen sobre EsSalud. El último escándalo tuvo como protagonista al ex ministro aprista Fernando Barrios, quien se adjudicó una jugosa indemnización por cesar en la Presidencia de EsSalud. Y esto es apenas el ápice de la punta del iceberg. Ahora la congresista Marisol Espinoza ha denunciado una mafia, lo que no es ninguna novedad. En EsSalud existen varias mafias, además de ser el botín predilecto de los gobiernos de turno.
Pero sin hablar de mafias, ya que es muy difícil probarlo aunque sea evidente, mencionemos tan solo la interferencia política sobre EsSalud. Es una rémora para el buen accionar de esta entidad. Así como nombra a su Presidente, el régimen de turno tiene las manos libres para nombrar al Director de cada hospital y hasta a los porteros. De hecho, EsSalud es una de las presas favoritas de los gobiernos para repartir puestos laborales a lo largo del país entre sus allegados. La época más escandalosa fue, sin duda alguna, el primer gobierno de Alan García, cuando las oficinas del entonces Seguro Social literalmente reventaban de apristas.
El gobierno de Fujimori tuvo el tino de despedir a miles de empleados públicos, pues ya sobrepasaban el millón y la mitad eran apristas que no hacían nada y que habían entrado hasta por las ventanas. Sin embargo, gracias a las estúpidas políticas de reposición iniciadas por Toledo y concluidas por García, se repusieron o compensaron con dinero a miles de aquellos empleados inútiles, pese a que sus empresas ya ni existían. Así es el Perú. Nunca podemos tener una política de Estado coherente. Y al final todos pagamos las tonterías del régimen de turno.
Fujimori rescató al Seguro Social del desastre, pero el trabajo lo realizó Luis Castañeda Lossio. Cuando este salió del IPS (Instituto de Seguridad Social) para iniciar su propia carrera política, los fujimoristas no tuvieron mejor idea que transformar el IPS en EsSalud, con el único propósito de borrar todo rastro de la memoria de Castañeda. Este capricho nos costó una millonada de plata, pues hubo que cambiarlo todo, desde el color de los Hospitales y ambulancias hasta el papel membretado, pasando por los uniformes, carteles, membretes y hasta las sábanas. ¿Alguien sabe cuánto llegó a costar ese despropósito?
El cambio caprichoso de IPS a EsSalud grafica con claridad los peligros a que esta entidad esta sometida en manos del Estado. Se puede enumerar una larga lista de vicios administrativos y falencias económicas que existen por causa de esta situación, pero no hace falta. Dejemos de lado el caso de las mafias. El tema es que la administración pública de EsSalud es, como no puede ser de otra forma en manos del Estado, ineficiente y corrupta. La web está repleta de denuncias para el que quiera investigar. La gran pregunta que debemos hacernos todos los trabajadores de este país que somos aportantes de EsSalud es ¿por qué toleramos todo esto?
Se supone que EsSalud existe gracias al aporte que hacen todos los trabajadores, incluyendo independientes. O sea, es privado. Entonces ¿por qué está en manos del Estado? No soy experto en la materia. Lo confieso. Solo me gustaría saber por qué EsSalud, que vive del aporte de los trabajadores está a cargo del Estado. Que alguien me explique. ¿No sería más sensato que EsSalud esté en manos privadas? Ya que lo es. Podría estar en manos de una empresa de gestión, podríamos incluso entregar en concesión la gestión de los hospitales. Esto permitiría una auditoría más fácil, pues resulta que las entidades del Estado nunca son auditadas, pero las gestiones privadas andan siempre muy a la vista. De hecho es más fácil auditar una empresa privada que una estatal.
Creo que a los trabajadores de este país nos convendría más que EsSalud pase a la administración de empresas privadas. No hay ninguna razón para que siga en manos del Estado y siendo la chacra del gobierno de turno. En lugar de hacer proyectos para estatizar las AFP creo que deberíamos hacer proyectos para privatizar la gestión de EsSalud. No digo privatizar la seguridad social, tema discutido ampliamente durante la gestión de Castañeda en el IPS, sino privatizar la gestión de algunos aspectos básicos, como por ejemplo, los hospitales. Al final, no es difícil pensar en la privatización total de la gestión de EsSalud. Lo importante es asegurar el mejor servicio para el trabajador y liberar a EsSalud de la influencia nefasta del poder político de turno.
Si se piensa en el interés de los trabajadores, creo que no hay mejor solución que privatizar EsSalud. Pensemos en esto.