A estas alturas del lío que aún no ha terminado, pese al anuncio del gobierno, ya podemos sacar algunas conclusiones concretas.

1.- Ollanta Humala no es el líder que muchos pensaban que era. Es obvio que carece de autoridad y de capacidad de gestión. Su partiducho Gana Perú es una olla de grillos y ni sus congresistas le han servido para nada. Peor aun, han estado haciendo campaña a favor del paro. En conclusión, Ollanta Humala es un pelele que no ha salido a dar la cara en ningún momento, salvo en la famosa entrevista en que aseguró "Conga va".  Después se ha escondido como un pericote asustado, sin dar siquiera una declaración a la prensa, ni un mensaje vía Twitter, nada.

2.- Ha quedado claro que crear un Ministerio del Medio Ambiente fue un error. Más burocracia solo aumenta el ruido. Y lo que hemos tenido es una actuación lamentable de este ministerio, copado por gente ideologizada. Por ejemplo, hemos escuchado con pavor a este viceministro renunciante, José De Echave, decir que "los estudios de impacto ambiental no sirven para nada, nadie les cree, hace veinte años que no cambian". ¿Se puede tener a un estúpido de esta naturaleza como viceministro del ambiente? ¿Entonces para qué michi exigen un costosísimo EIA si no sirven para nada? Si así son los viceministros del MINAM ¡Cómo serán los porteros!

Pero el papel del MINAM ha sido todavía peor, pues sus conclusiones al EIA, sin duda redactados por ineptos como el citado, dice por ejemplo: "no se han realizado estudios que de manera fehaciente demuestren que los depósitos de relaves no producirán filtraciones". Todavía no se construyen esos depósitos. ¿Qué clase de estudios pretenden? Estos señores más bien deberían leer información sobre la tecnología disponible hoy, que permite perfectamente que ese tipo de depósitos sean seguros. Esa información está disponible en la web. ¡Que se eduquen! ¡Por Dios! ¡Es gratis!

3.- También ha quedado perfectamente claro que el ambientalismo no es más que una máscara del comunismo reciclado. Todo rojo, caviar e izquierdista de cualquier pelaje, incluyendo terroristas, es hoy un furibundo ambientalista (otros son además defensores de los DDHH). Pero lo curioso es que este ambientalismo sólo se dirige contra las empresas mineras y contra las grandes inversiones como Tía María o Conga. El resto les tiene sin cuidado. No hace falta señalar quiénes son estos "ambientalistas" que agitan a las masas en Cajamarca. Están por ejemplo el comunista elegido presidente regional, además del presidente de un rídiculo "frente de defensa ambiental" que no es más que otra fachada del terrorismo a cargo de un exconvicto por terrorismo, el mismo que se fue de boca al azuzar a las masas denunciando un muerto.

4.- Está claro que este gobierno está atado de manos. Primero porque está infiltrado de comunistas en su propio seno, y segundo porque Ollanta Humala ha demostrado ser un pelele sin mando ni ideas. Es obvio que Conga no va más. Han ganado los revoltosos, los irracionales y los ignorantes. Cajamarca se quedará sin canon y sin inversiones. Los dos mil y picos de trabajadores cajamarquinos de la minera Conga se irán a la calle y todo el impulso que una inversión de ese tamaño hubiera traído a la región se perderá para que los pobres sigan siendo pobres, tal como lo exige la perversa ideología izquierdista. Como alguien dijo: el izquierdismo es un mal del subdesarrollo que solo impide el desarrollo.

5.- Por último, todos los males que le achacan a la minería, que los tiene, ciertamente, son en realidad deficiencias del propio Estado peruano. Es el Estado el que nunca ha hecho ninguna fiscalización ni estudios ni nada. Para colmo, ni siquiera invierte lo que cobra por canon. Peor aun, sus funcionarios, para variar, son unos corruptos según varias denuncias al respecto. Así que cualquier mal que se le achaque a la minería deberían trasladársela al Estado. En países como Canada, EEUU, Nueva Zelanda, donde el Estado existe y funciona de verdad, la minería no tiene ningún problema ni con el ambiente ni con las comunidades, y han sido el motor del progreso.

Una última conclusión: Nos estamos equivocando de enemigo. Los verdaderos enemigos son el Estado ineficiente, burocratizado y corrupto, y los izquierdistas revoltosos que solo quieren aprovechar cualquier defecto para rechazar la inversión extranjera y el progreso. Ojo con eso.

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