#ElPerúQueQueremos

Privaticemos el Estado

Publicado: 2011-12-05

Después de oír durante el fin de semana a todo el elenco que participa en el drama de Cajamarca, (no el de la captura del Inca sino el más moderno, el de la captura de Cajamarca por parte de los radicales de izquierda, drama que más parece tragicomedia por el empeño gubernamental de diálogo con quienes no saben ni les interesa dialogar), he llegado a la conclusión de que estamos a un paso de privatizar el Estado, y que esa sería la mejor solución a nuestros problemas.  Veámoslo por partes.

Tal como lo han reconocido empresarios e intelectuales de Cajamarca, ha sido un error dejar el espacio de la política a los sectores menos preparados de la sociedad. Mientras que los profesionales y empresarios se dedican a trabajar y producir, han sido los vagos, trepadores, desempleados, excarcelados y buenosparanada los que se han metido a hacer política adueñándose del poder burocrático. Las consecuencias son harto conocidas: pese a la inmensa riqueza de Cajamarca, esta región no ha solucionado ni uno solo de sus problemas; peor aún, se ha agudizado su problema de agua. Aunque sus cuentas bancarias rebozan en millones de dólares, no han hecho nada.

Plantearles el diálogo a los radicales de izquierda buscando soluciones, es como pedirle a los caballos que dejen de relinchar. Va contra su naturaleza. La misión que tienen en la vida estos radicales es generar el caos. Son como las bacterias que si las dejamos actuar libremente y esperamos que "entren en razón y se sienten a dialogar", lo que pasará es que acabarán infectando todo el organismo y eventualmente lo matarán. Ya hemos visto cómo pretenden ampliar la protesta a todo el país. Esa es la razón de ser de la izquierda, esa su visión de la política. Son bacterias que deben ser combatidas y controladas apenas se siente la fiebre. De hecho, habría que sacarlos del gobierno regional porque no sirven para nada. Además, Gregorio Santos ya ha cometido suficientes delitos como para ser condenado, o por lo menos vacado.

Los políticos "más sensatos" de Lima (si se puede usar esta apreciación con gente como Vitocho), le reclaman a Yanacocha haberse descuidado de su responsabilidad social y demandan que se haga cargo de las obras sociales, es decir, que resuelva los problemas de la población haciendo las obras que el gobierno regional y los municipios han sido incapaces de hacer con tanto dinero en sus manos. Entonces tenemos que

a) Se le suben los impuestos a las mineras y encima se les pide que se hagan cargo de las obras "sociales". O sea, que hagan el trabajo del Estado.

b) Las cuentas de los gobiernos regionales están rebosantes de millones de dólares sin uso, salvo para el derroche de los políticos.

c) Los gobiernos regionales están a cargo de ignorantes de izquierda que acceden a la política para desarrollar sus programas y doctrinas ideológicas, basadas en el rechazo al capitalismo, la empresa privada, la inversión extranjera, etc. No tienen otro fin ni conciben otra meta.

d) Está demostrado que el agua no es un problema que creará Conga. Todo lo contrario: el proyecto resuelve el problema del agua, que ya existe. El agua ha sido el caballito de batalla de los extremistas, pero no es un problema creado por la minería. Al contrario, podría resolverlo.

e) El ambientalismo es la excusa perfecta que han encontrado los extremistas de izquierda para oponerse a la minería, no solo en Cajamarca sino en todo el Perú, gozando de financiación extranjera desde fuentes que nadie ha investigado, y que no sería raro provengan de países con los que competimos (por no decir "enemigos").

Ahora, si analizamos las variables de todo este escenario, tenemos que lo más simple y efectivo sería, en efecto, que las empresas empresas mineras se hagan cargo de las obras sociales a cuenta de los impuestos que pagan, obviamente, porque carece de sentido que le pidamos las dos cosas. A su vez habría que simplificar a los gobiernos regionales para que se conviertan en simples oficinas de registro de identidad y cosas así, ya que hasta el cuidado de los parques y avenidas estará a cargo de las empresas mineras. De hecho esto ya ha ocurrido en varias ciudades, como Huarmey, donde Antamina la ha remozado por completo, sin que el Municipio haya sido capaz de tapar un solo hueco adicional.

Ya hemos visto las bondades de privatizar los servicios públicos como la telefonía y la energía eléctrica, antes en manos del siempre ineficiente y corrupto Estado. Ya se ha propuesto privatizar las cárceles como una solución urgente a este agudo problema que escapa de la capacidad del Estado. Cada vez se hace más evidente lo razonable que sería privatizar SEDAPAL, una empresa mal gestionada. Hay muchos otros aspectos de la actual actividad estatal que podrían ser privatizados para optimizar y ampliar los beneficios a la sociedad. Necesitamos mentalidad moderna y con visión de futuro para emprender estos cambios, dejando atrás viejos clichés mentales. Hay que aprender de la realidad y asimilar las malas experiencias para cambiar.

Tal vez esa sería la Gran Transformación que el país necesita, es decir, sacar a los inútiles de la política y permitir que sean las empresas, no solo las mineras sino todas las grandes empresas en general, las que se hagan cargo de las transformaciones sociales, directamente, disminuyéndoles los impuestos, pues el esquema actual que venimos aplicando de cobrarles impuestos para que sea el poder político quien redistribuya los beneficios a toda la sociedad, es obvio que ha fracasado. A grandes males grandes soluciones. Cajamarca podría ser una región experimental donde se implante un nuevo esquema de relación entre la empresa, el Estado y la sociedad. Lo que había hasta el día de hoy, hay que tirarlo al tacho.

Abajo una vista de las obras de saneamiento rural ejecutadas en Ancash por la empresa minera Antamina.

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Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

Comentarios sobre el acontecer político nacional y otros temas de interés social