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José Barba y la verdadera izquierda

Después de revisar lo que ha significado la izquierda a lo largo de la historia yo prefiero declararme de derecha

Publicado: 2014-03-07

José Barba Caballero, inteligente y lúcido conductor de Willax TV, acaba de meter la pata. No es para tanto pero conviene señalar el error y aclararlo por sus implicancias en el debate político e ideológico. Sobre todo para la adecuada formación de los jóvenes. Nuestro buen amigo Barba dijo anoche que el término "izquierda" surge en la Revolución Francesa, cuando en la Asamblea se sentaron a la izquierda los que estaban a favor de la libertad y a la derecha los que no querían cambios. Luego añadió que "quienes estamos a favor de la libertad somos la verdadera izquierda". Más o menos esa fue su expresión, en un vano intento de corregir la historia. 

Es cierto que el término político "izquierda" tiene ese origen, pero lo que no es cierto es que aquellos que se sentaron a la izquierda en la Asamblea estuvieran a favor de la libertad. En Francia nunca faltó libertad. Había suficiente libertad, al extremo que muchos demagogos como Marat y Voltaire se hicieron famosos publicando panfletos en los que hablaban pestes de la monarquía y trataban de prostituta a la reina. Se puede decir que Francia tenía más libertad de la que hoy existe en Venezuela y Cuba.

La Revolución Francesa tuvo como único motivo la crisis económica. Nunca en toda la historia de la humanidad se ha hecho una sola revolución por cuestiones ideológicas como "libertad, igualdad y solidaridad". Esa fue solo la etiqueta con que los farsantes adornaron la Revolución. Lo cierto es que Francia quedó en muy mala situación económica luego de apoyar la independencia de EEUU, a lo que cabe añadir los efectos del espantoso invierno de 1788 que arruinó la cosecha del trigo, generando falta de pan y hambre. El ministro de economía Necker convocó a la Asamblea dando espacio para un sector del pueblo, de donde surgió uno de los más grandes charlatanes de la historia: Robespierre. Y así fue como empezó la revolución.

La izquierda tiene bien ganada su etiqueta y prestigio desde aquellos días. El líder de la revolución francesa, Maximiliano Robespierre, fue un auténtico líder de izquierda, es decir, un charlatán inigualable que con su incendiaria oratoria provocó la más sangrienta carnicería de la historia francesa. El gran aporte de la izquierda durante esa revolución fue el empleo de la charlatanería y el terror como métodos políticos, algo que luego sería una constante. Lo que hoy muchos llaman candorosamente "revolución francesa" no fue más que una gigantesca muestra de estupidez y locura colectiva, salvajismo, brutalidad, abusos, crímenes, caos y destrucción. El mismo Robespierre pagó con su cabeza el haber iniciado esa barbarie. Esa fue solo la primera muestra de lo que resulta siempre de una gestión de izquierda.

Toda esa lamentable época de salvajismo llevó a la dictadura de Napoléon, quien instauró nuevamente el Imperio y se hizo coronar monarca en medio de una ceremonia fastuosa digna de Hollywood. Con esa escena ridícula de Napoleón coronado por el Papa podemos decir que acabó esa enorme muestra de estupidez colectiva llamada "Revolución Francesa". Pero más tarde la izquierda se encargaría de convertir esa barbarie salvaje en "gesta revolucionaria" por los ideales y valores de la libertad, la igualdad y la solidaridad. Ese fue solo el inicio de las mentiras de la izquierda mundial.

A diferencia de José Barba, yo no me empeñaría en pelear por la etiqueta de "la auténtica izquierda", y menos apelando a la locura de la revolución francesa que solo debería ser motivo de vergüenza para la humanidad, pues sacó a flote lo peor de la especie humana. La izquierda tiene a lo largo de la historia su bien ganado prestigio como la mejor muestra del delirio encarnado en un líder mesiánico que lleva a las masas hacia la hecatombe. Así fueron Robespierre, Stalin, Mao, Hitler, Mussolini, Fidel Castro, Perón y Hugo Chávez, así son los líderes de la dinastía que gobierna Corea del Norte, y así fue la izquierda encarnada en el general Juan Velasco Alvarado. La izquierda ha significado siempre delirio retórico y demagogia populachera a cargo de líderes mesiánicos y tiránicos a los que siguen masas idiotizadas en busca de sus dádivas.

Así que es un error pretender corregir la historia y menos apelando a mitos progresistas. Por mi parte, después de comprobar lo que ha significado la izquierda a lo largo de la historia, no tengo ningún problema en declararme de derecha. Solo esos tontos afectados por la retórica progre que ha demonizado a la derecha se resisten a declarar que son de derecha. Yo no me empeñaría en reclamar la etiqueta de izquierda por nada de este mundo.


Escrito por

Dante Bobadilla Ramírez

Psicólogo cognitivo, derecha liberal. Ateo, agnóstico y escéptico.


Publicado en

En busca del tiempo perdido

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